EN TIERRA DE VOLCANES: ¿Cocinamos elotes?

¿Cocinamos elotes? (Elotes = Mazorcas de maíz, otro día os haré un diccionario Español-Nicargüense)

Sabiendo que los voluntarios gozamos de pequeños privilegios y que en la bodega nos dan alguna que otra verdura o fruta, el otro día una de las chicas mayores de mi casa, vino con una de esas caras que te ponen con las que puedes ver fácilmente que algo te van a pedir.

–Bea, ¿Qué tal si vamos a la bodega y pedimos unos elotes para cocinar en la casa con las niñas?

Allí que fuimos, y resulta que no tenían pero nos mandaron a pedir a la caseta de los agricultores, y… pues allí que fuimos. Bueno pues resultó que todavía no habían ido a recolectarlos y les vinimos genial ya que nos invitaron a ir con ellos a recolectar unos cuantos.

Juntamos a las chicas de la casa y protegidas con nuestros chubasqueros ya que llovía a mares y cargando sacos y carretillas fuimos a uno de los grandes campos de elotes que tenemos plantados en NPH.

Lo pasamos en grande recolectando los elotes, ¿Cuantos? Pues 500…. Ya que estábamos no íbamos a llevar solo para nosotras, el resto de los hermanos iban a pasar mucha envidia.

Las plantas eran muy altas y allí nos perdíamos unas de otras y solo se escuchaban las voces, las risas y las quejas de alguna que otra vaga que lo de trabajar no le va.

Para los que como yo, no tengan ni idea de esto de recolectar elotes hay que arrancar solo los que tengan los pelitos del final negros, si están blancos es que aún no están listos y hay que dejarlos unos días más para que maduren bien.

Llenitas de barro hasta las orejas regresamos con unos 10 grandes sacos llenos de elotes listos para cocinar.

Ahora tocaba quitar todas las hojas que los recubren excepto la última capa que la dejamos para cocerlos con ella y que los proteja. Hay que hacer bastante fuerza para romper la parte de abajo y luego sin más se pelan las hojas como un plátano si diríamos.

Cuando estuvieron peladas metimos los 500 elotes en una gran porra (cazuela) con agua salada y tras una hora hirviendo estaban listos para comer. Se les puede echar sal, mantequilla o mahonesa por encima para que estén más ricos.